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Bonsái[/caption]La construcción de un Bonsái es completamente artificial, y el protagonista Julio, ha convertido del artificio una forma de vivir, y cuando escribo artificio lean: mentira.
"Al final de esta historia Emilia muere y julio se queda sólo" y mientras transcurre la historia te haces la idea de que tal ve Julio o el narrador esperan que esa frase sean sólo otra mentira, ya que Julio tiene la tendencia de mentir, o como diría un amigo, endulzar la realidad.
Bonsái me recuerda a mis tiempos de universitario, y creo que por eso, me agradó en cierto punto, su historia paralela, y sin sentido es muy adolescente, es lo que vivimos en 90 y comienzos del 2000 en las Universidades de este extraño país llamado Chile.
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Bonsái[/caption]Fuera de eso, la fotografía me cargó, la propuesta estética me pareció muy pobre y mal lograda, los personajes, sobre todo Julio son muy interesantes, con esa tendencia a mentir para sonar más interesantes, muy chileno de clase media, pero esa construcción es un mérito de Zambra no de Jimenez; Jimenez como director flaquea utiliza una cámara servicial y funcional, en todo momento parecía que estaba viendo una teleserie de bajo presupuesto más que una experiencia cinematografía; el montaje sin ritmo ni cambios, parejo, plano y simple, formalmente correcto, lo que esperas de un académico y de no de un director.
La verdad es que por el ritmo lento, los personajes "existencialistas" y las locacione sy look pobre, Bonsái termina siendo otra película que jamás encantará al público nacional, porque está pensada desde y para un público internacional.
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Bonsái[/caption]Por lo mismo es mucho mejor el libro que la película.
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